viernes, 29 de septiembre de 2017

LOS COFRADES


Curiosa cofradía de la Iglesia y la derecha española. La Iglesia se ha refugiado tradicionalmente en la derecha y el Estado para conservar sus posiciones sociales y el valor de su tradición. Nada que objetar. El católico medio se ha confiado a la derecha para poder vivir en paz con sus creencias y evitar que el Estado sea presa de las ínfulas anticlericales. Normal.

La izquierda ha hecho de la presunta hermandad entre la derecha y la Iglesia causus belli. Es indiscernible si arremete contra la Iglesia para suprimir a la derecha o viceversa. Pero la derecha aguanta el tipo de un régimen de separación de Iglesia y Estado con respeto preeminente a la tradición católica. La Iglesia sigue acogiéndose a ese beneficio, medio privilegio, medio derecho (la historia y las costumbres mandan) y la izquierda sigue así el acoso contra la Iglesia por esa ambigüedad.

Pero en un mundo nihilista la Iglesia puede acabar, está acabando, en una ONG universal, eso sí de las más importantes. El temor al abismo la empuja a hacer política hacia donde sopla el viento. Como siempre, cabe añadir ¿recuerdan a Pio XII y los nazis?. Claro Juan Pablo II una excepción. Gran honra. 

Ya los creyentes de toda la vida son una rémora, los nuevos tiempos pasan por aquellos que llevan del ronzal a la opinión pública, mueven masas y son los héroes de la Tele y de la Red. La Iglesia anda sensible a la ley de la calle y ahora la “ley del cole”, que es parecido y además suena a colegueo. La Ley de verdad es discutida y discutible, todo ha de quedar sometido al “diálogo”, es decir a la ley del más fuerte.

La primera víctima la España constitucional y de toda la vida, convertida en “los pueblos del Estado”. Creyentes de toda la vida desamparados y apenas malrefugiados en la derecha, tal vez para que defienda a la Iglesia pero ya también para que los defienda de “su” Iglesia.

Y alguien de la derecha puede empezar a pensar ¿por qué aguantar el palo de una Iglesia que equidista entre la nación y quienes la destruyen? ¿por qué no aplicar a la Iglesia el programita podemita o cuanto menos socialista? Al menos la izquierda no podría despreciar a España o ponerla en cuestión en nombre de su anticlericalismo secular. Y además la izquierda ya carecería de uno de los principales reclamos con la que alimenta a su grey.

Pero también un problema nuevo e inaudito para el ciudadano medio demócrata, patriota y constitucional. ¿Cómo ser demócrata patriota y constitucional y no caer en la tentación de ser anticlerical o al menos antiobispal o antipapal? Lío y zozobra por doquier.

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