Curiosa
cofradía de la Iglesia y la derecha española. La Iglesia se ha
refugiado tradicionalmente en la derecha y el Estado para conservar
sus posiciones sociales y el valor de su tradición. Nada que
objetar. El católico medio se ha confiado a la derecha para poder
vivir en paz con sus creencias y evitar que el Estado sea presa de
las ínfulas anticlericales. Normal.
La
izquierda ha hecho de la presunta hermandad entre la derecha y la
Iglesia causus belli. Es indiscernible si arremete contra la Iglesia
para suprimir a la derecha o viceversa. Pero la derecha aguanta el
tipo de un régimen de separación de Iglesia y Estado con respeto
preeminente a la tradición católica. La Iglesia sigue acogiéndose
a ese beneficio, medio privilegio, medio derecho (la historia y las
costumbres mandan) y la izquierda sigue así el acoso contra la
Iglesia por esa ambigüedad.
Pero
en un mundo nihilista la Iglesia puede acabar, está acabando, en una
ONG universal, eso sí de las más importantes. El temor al abismo la
empuja a hacer política hacia donde sopla el viento. Como siempre,
cabe añadir ¿recuerdan a Pio XII y los nazis?. Claro Juan Pablo II una excepción. Gran honra.
Ya los creyentes de
toda la vida son una rémora, los nuevos tiempos pasan por aquellos
que llevan del ronzal a la opinión pública, mueven masas y son los
héroes de la Tele y de la Red. La Iglesia anda sensible a la ley de
la calle y ahora la “ley del cole”, que es parecido y además
suena a colegueo. La Ley de verdad es discutida y discutible, todo ha
de quedar sometido al “diálogo”, es decir a la ley del más
fuerte.
La
primera víctima la España constitucional y de toda la vida,
convertida en “los pueblos del Estado”. Creyentes de toda la vida
desamparados y apenas malrefugiados en la derecha, tal vez para que
defienda a la Iglesia pero ya también para que los defienda de “su”
Iglesia.
Y
alguien de la derecha puede empezar a pensar ¿por qué aguantar el
palo de una Iglesia que equidista entre la nación y quienes la
destruyen? ¿por qué no aplicar a la Iglesia el programita podemita
o cuanto menos socialista? Al menos la izquierda no podría
despreciar a España o ponerla en cuestión en nombre de su
anticlericalismo secular. Y además la izquierda ya carecería de uno
de los principales reclamos con la que alimenta a su grey.
Pero
también un problema nuevo e inaudito para el ciudadano medio
demócrata, patriota y constitucional. ¿Cómo ser demócrata
patriota y constitucional y no caer en la tentación de ser
anticlerical o al menos antiobispal o antipapal? Lío y zozobra por
doquier.
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