lunes, 3 de julio de 2017

DE MIEDOS



El miedo a ETA era moralmente soportable. Se sobrellevaba con entereza porque sabíamos que no podían tener razón. No porque no hubiera quien estuviese dispuesto a admitir que pudieran tener sus razones políticas. En eso no se entraba. Contaba que violaban el límite de la humanidad y de lo humanitario y eso era suficiente. Frente a ETA no se puso por delante la conciencia democrática, sino que se resistió por sentido de la dignidad humana y compasión con las víctimas. Se reaccionó por instinto humanitario y contó poco la razón para deshacer sus “sinrazones”. Estas no podían ser verdaderas con tanta inhumanidad. Ahora vemos que la razón no ha sido capaz de culminar la faena que tiró adelante el instinto. Por eso los filoetarras mandan en las ideas, y no sólo en ellas, como si en el fondo hubiesen tenido la razón.
Ahora todo gira en torno al miedo a Podemos y sobre todo al podemismo. Es un miedo que nace del complejo y de la mala conciencia. De la mala digestión de las debilidades y carencias de la política y de la vida social. Es el temor de que “en el fondo” tengan razón. Pero sobre todo de que a muchos les parezca que la tienen. Dominan el territorio de “la verdad” porque los demócratas han creado un vacío de verdad. No se han atrevido a enarbolar la verdad, ni sobre todo a jugar en el terreno de la verdad. Ya pasó en la lucha contra ETA y sobre todo tras la “derrota de ETA”. En el fondo se sabe que no tienen razón, que todo lo que cuentan es una superchería, pero se teme quedar descalificado de ponerse enfrente de su “verdad”.
Puigdemont ha tomado nota y también quiere dar miedo. Toda conquista empieza dando miedo. Pero no da miedo, más bien risa, porque para bien o para mal en toda España, excepto quizás Cataluña, se tiene lo del procés por una pantomima y a lo sumo una juerga de políticos. Que la independencia de Cataluña vaya en serio produce tanta perplejidad como la que causaría la noticia de que nos va a visitar una nave alienígena o que Belén Esteban va a vestir los hábitos próximamente. ¿Dará miedo si la gente percibe que esto va en serio?


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