viernes, 10 de febrero de 2017

VISIONES EN VISTA ALEGRE


Entre los dimes y diretes, entre que si lo que vale es el aparato o el movimiento, jugar en las instituciones o sacar las masas a la calle, la transversalidad o radicalidad, la guapura de unos y de otras, por muy galopantes que estén los odios y las soberbias, a los ojos de este profano lo único sustancioso que se dirime entre las castas podemitas es cómo hacerse con el poder, o sea el Estado. Si de la mano del PSOE o si pulverizándolo previamente. Vamos, entre el modelo chileno allendista o el modelo chavista, con las adaptaciones y los matices precisos por unos y otros.

Pero, como en el caso del PSOE, en el que cualquier candidato con alguna mínima pretensión ha de entonar la cantinela del NO y sobre todo NO, sin dar sospechas de salirse del guión, cualquier líder podemita ha de ser fiel a la voluntad belicosa y revanchista que anima a su grey tanto como a sus propios corazones, sin salirse un ápice de la partitura. Así que Errejón y el Koletas han de decir lo mismo quieran lo mismo de la misma manera o de otra diferente; más todavía cuando los “antikapis”, y a lo que se ve no menos “antifamis”, han tomado las del delirium tremens y galvanizan el discurso podemita hasta su quintaesencia, al igual que hacen los CUP con el discurso separatista.

Creo sin embargo que este “debate” se ha desencadenado en el supuesto de que el PSOE va a seguir siendo el de toda la vida, o algo parecido, de la mano del aparato y/o de Susana; aunque las veleidades de Pablo de “sorpasar” al PSOE cuando bastaba algo de mano izquierda para que Pedro estuviera a su merced antes de las segundas elecciones, ya pudieron animar por entonces las reticencias de Iñigo.
¿Pero qué pasa si vuelve SuperPedro?. Y no es fantasía. ¿Cabe dudar que, entre odio y odio, las miradas y las ilusiones de los dos gallitos están puestos por igual en el sociolisto útil?

Si volviera, miel sobre hojuelas para Errejón. La faena que más pacientemente tendría que hacer con el PSOE de toda la vida, quedaría hecha de una tacada. Y en el otro lado ¿Se resistiría Pablo a la tentación de servirse de un Sanchez Panza tan a mano aunque tuviera que posponer la demolición del partido “hermano” según manda el canon chavista?

Así que si esta vuelta y resurrección puede colapsar al PSOE en una enana roja, no es despreciable el efecto colateral, relativamente imprevisto, de unir a las castas podemitas, convenientemente depurados los perdedores de la partida, en un mismo gigante rojo.

Por eso me malicio que quien más gozosamente espera al resurrecto/insurreccionable es el Koletas, el único que se atreve a ir por la vida de Gigante morado, que así estos llaman al rojo. Aunque solo sea por soberbia, tener toda la vida por compañía sólo a las mareas y a los antikapis, por mucho que te aclamen las masas sectarizadas y los voceros de la Sexcta, no debe ser muy prometedor. Es como si Lenin tuviera que repartir y departir sólo con los spartaquistas o los anarquistas de Kronstadt. Y es que con Pedro la vista se tendría que alegrar. Por ejemplo la estrategia de la toma del poder no tendría que depender sólo de algo tan azaroso como el resultado del procés, al fin y a la postre hoy por hoy la mano decisiva de toda la partida. Pero esa es otra historia.

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