lunes, 25 de abril de 2016

LA EUROPEIZACIÓN DE LA VERGÚENZA


Un hecho tan grave como el permiso que dan los socialistas con su abstención a la presencia de Otegui en el Parlamento europeo, sólo cabe explicarlo por su propósito de no incomodar a los podemitas y la ultraizquierda en general. Creo que es todavía apresurado suponer que han interiorizado el discurso podemita de mano tendida al abertzalismo, pero van camino de ello sino se le enfrentan. Quizás este sea el indicio más elocuente del tono benvolente con el podemismo que va a primar en el discurso socialista en la campaña electoral, el mismo que tiene el discurso de Sanchez: “estamos de acuerdo en lo fundamental y hay que limar asperezas” (viene a decir)

Se ha pecado de optimismo al creer que el triunfo ideológico del batasunismo y del filoterrorismo, la socialización del miedo y el síndrome social de Estocolmo, se ha circunscrito al País Vasco. La sociedad española en su conjunto se ha contagiado espontáneamente porque no ha llegado a asociar cabalmente la inhumanidad, contra la que se revelaba, con el desafío a las libertades comunes de todos los españoles. Quizás porque no haya llegado a valorar suficientemente las libertades y la democracia.

Pero tampoco se llega a valorar la influencia que ha ejercido el batasunismo en la actitud política de muchos españoles. Seguramente sólo una residual minoría compartió y simpatizó con ETA y los métodos terroristas, pero la conquista de la calle por el abertzalismo ha sido el ejemplo que ha mantenido viva la llama del odio contra “el sistema” en muchos más. Aunque sólo sea en parte, es difícil comprender el fenómeno podemita sin esta variable. En este sentido el hermanamiento del que hace gala el Coletas no parece ser sólo un movimiento táctico.

Hemos pasado en suma de la socialización del miedo en España a la europeización de la vergüenza.

1 comentario:

  1. Muy interesante su comentario.
    Me atrevo a complementarlo recordando la infame sentencia del Tribunal Constitucional que legalizó un partido terrorista que así había sido definido nada menos que por el Tribunal Supremo.A partir de eso todo lo que viene y vendrá es una fatal consecuencia.

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