Creo que la semejanza
entre los resultados electorales tradicionales de Batasuna y la
izquierda abertzale en su conjunto y los que obtiene Podemos y sus
sectas en toda España no tiene porque ser una mera coincidencia,
salvadas las circunstancias y particularidades del momento:
-El nacionalismo radical
ha engordado desmesuradamente al catalizar las tendencias
izquierdistas más hostiles a la política democrática, en mutua
retroalimentación, supuesto claro está el refuerzo político
inmenso que ha tenido el terror para someter moralmente a la
población vasca. En este sentido el abertzalismo ha marcado el
camino a toda España y en cierta manera ha resultado ser el
“Padrino” de el “cambio”.
-El izquierdismo podemita
es de la misma naturaleza pero sin la guinda abertzale, comparte
simpatía y aire de familia. Y aunque ha tardado en aparecer, estaba
tan incubado como despreciada, más que ignorada, la posibilidad de
su existencia.
-La izquierda sociológica
de toda España no ha corregido, al no haberse convenientemente
alimentado con los valores democráticos y patrióticos, su original
infantilismo. Por eso, sin verdadera educación en la democracia,
esta izquierda mayoritaria se abraza ahora a los que cándidamente
cree “los suyos”, es decir a los podemitas, a quienes ven como lo
que ellos quisieran ser o hubieran querido ser. En todo caso no se
ven con razones suficientes para no hacerlo.
-Si en el País Vasco la
lucha contra el terrorismo creó un abismo entre los socialistas y
los abertzales, ahora cuando éstos disimulan su instinto en la
gestión, esta ausencia de educación en la democracia empuja a la
población de izquierdas en los peores brazos.
-Igual que a las masas
batasuneras el terrorismo no les hacía temblar su voto, al público
podemita le trae sin cuidado la connivencia de Podemos con el
chavismo, así como su corrupción doméstica. Igual que a sus
padrinos, sólo les mueve la meta y no hay principios morales, ni
consecuencias políticas y sociales, ante los que arredrarse.
-Sin duda que la
pretensión de su líder es afianzar esta masa social, igual que se
ha consolidado en el País Vasco la masa social batasunera, para
asegurar su supremacía ideológica en España. Que este es su gran
logro, el patronazgo de la ortodoxia ideológica, de lo que se puede
decir y lo que se tiene callar públicamente.
Esto está empeñado en
corroborarlo siguiendo el modelo catalán, que ha culminado en el
Procés, más que el vasco abertzale. Es decir combinando el dominio
de la calle y de los resortes del poder social con el dominio
mediático.
Supongo que de esto son
Vds. muy conscientes y que sólo les descubro el Mediterráneo, pero
hay que decirlo, por si, casualmente, ayuda a algún muy despistado a
entender algo.
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