En una entrevista por la
radio , hace unos días, Javier Solana comentaba que la extrema
derecha francesa del Frente Nacional era más peligrosa que Podemos
y otros fenómenos izquierdistas europeos, más manejables sin duda
según esperaba.
Obviaba que en Francia la
izquierda y derecha tradicional no tenían problemas en unirse contra
esa amenaza, mientras en España, además de que no existe nada
parecido a una extrema derecha significativa, la izquierda oficial es
proclive a unirse con los podemitas, es decir totalitarios
antieuropeístas.
La derecha chovinista
francesa podrá ejercer una presión tal vez considerable, pero está
muy lejos de gobernar, mientras que la extrema izquierda española,
con la complicidad socialista, tiene el Poder, y no sólo el
Gobierno, al alcance de la mano.
Si esto se produce ¿sería
capaz Europa de frenar el colapso económico, político y
“territorial” al que nos veríamos abocados?. Y es claro que, de
producirse, el futuro de la Europa unida no es muy halagüeño.
Por eso las declaraciones
tienen el interés de rebelar lo presas que están las élites
ilustradas socialistas españolas de ciertos prejuicios ancestrales y
la ausencia consiguiente de reflejo: como que la izquierda social
española sigue los mismos patrones de comportamiento que la
izquierda normal del resto de Europa; como que el radicalismo
izquierdista es una simple desviación y que la izquierda moderada,
tal que padre riguroso y comprensivo, puede reconducirlo hacia el
camino correcto.
Pero en este caso además
tal vez la lejanía de quien debe estar instalado en un ambiente
confortable y políticamente civilizado impida ver la realidad del
peligro que sus colegas de generación ya temen con toda razón. En
la distancia es más fácil dejarse mecer en los brazos del espíritu
de familia, de la gran familia de las izquierdas, como sino pasase
nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario