sábado, 10 de octubre de 2015

UN DILEMA MORAL EN EL PAÍS VASCO

Expongo un comentario del blogero Carlos Lopez aparecido en el blog Argos de Santiago Gonzalez a propósito de la política del PP en el País Vasco y del caso de Arancha Quiroga.
Luego hago un comentario, al que hace referencia el título.



Carlos López dijo:
Sobre ETA y Bildu.
ETA es unos objetivos (Eskualo Herria independiente y, quizá, sozialista), unos medios (la violencia y el miedo físico), una organización (que incluye comandos, partido político-HB, organizaciones varias para atender a presos, defensa judicial…, grupos locales variados…) y una población que le apoya (como un 15% en la CAV, algo menos en Navarra e imagino un 5% en el resto de España)
Bildu es la sucesora de HB como partido político. Que va mutando de nombre como un virus para esquivar la vacuna legal.
¿Qué es el fin de ETA? Es el fin de los medios criminales. Nos guste o no la población que les apoya seguirá ahí. Un partido al que votarán, seguirá ahí. Grupillos locales de movilización seguirá habiendo y una cierta estructura que les coordine. Y los objetivos podrán seguir siendo todo lo disparatados y negativos que quieran, como hace la CUP.
¿Nos acercamos al fin de ETA? Pues creo que es obvio que sí. A través del Estado de Derecho (detenciones, presos…) más que de la política (reprobación general, unánime). Pero es que el camino de la reprobación política, el que desarrolló Aznar, tiene bastantes problemas de eficacia. Se vio que PNV e incluso PSOE (Nicolás Redondo fue la excepción) se ponían en contra. Y en cuanto disminuyó la fuerza del PP todo el tinglado se desmontó en un caos de odios y reproches, ese sí que general.
¿Puede el PP desplegar la reprobación unánime por la fuerza? No. Esa es la realidad. Puede acabar con ETA por la fuerza del Estado de Derecho y lo está haciendo. Puede mantener un discurso correcto y positivo y lo está haciendo. Pero también está en su derecho de no intentar una vía que tan solo le enfrentará a PNV y PSOE sin producir otro efecto que que estos se pongan a hacer campañas favorables a HB (recordemos el caso Otamendi, lo que sería un masivo free Arnaldo Mandela o lo que sea)
¿Qué pasa hoy día? Pues básicamente que el PP está acabando con ETA y sufriendo una salvaje campaña de medios en contra que no dudan en utilizar el tema. Aprovechar la campaña de enfrentamiento que en su día potenció Aznar para lanzar a parte de los simpatizantes del PP contra la actual dirección del PP. Lo que antes Aznar lanzaba contra PSOE y PNV ahora se lanza contra el propio PP. Y es que hay temas que quizá no conviene tratar así.


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Entiendo su zozobra don Carlos que en gran parte comparto. Pero mal hacemos si camuflamos la realidad, presentándola a medias. Veamos. Anulación de ETA a cambio de ventaja política y sobre todo de legitimación política para los filoetarras y su discurso: derrota militar, victoria ideológica. En lo político todo a la espera del desenlace del Procés. En el otro lado un PP marginado en la sociedad vasca, fundamentalmente a consecuencia de hechos tan diversos como los efectos del terror y la fraternidad nacionalista, la implacable política social-cebrianita de cordón sanitario en toda España, y algunos errores propios al verse expuestos a la marginación. Lo que es peor: ¿quién defiende con un mínimo de influencia y garantía los valores constitucionales en el PV? Estamos a la espera de la complacencia y buena voluntad de los nacionalistas “moderados”. Reconocerá que la posible maniobra de A. Quiroga, desconozco si con el beneplácito de Rajoy aunque supongo que este anda a la espera a ver qué pasa, no va tanto a legitimar a ETA sino a legitimarse ante quienes mandan política y sobre todo ideológicamente en el PV, los nacionalistas y también los filoetarras. El precio es muy alto, sobre todo porque se refiere a lo ideológico, o como se suele decir a “los principios”. Es dar por bueno que ha habido “conflicto” y que tras el conflicto viene la “reconciliación”. Fue la fórmula de la transición, o en Irlanda. Pero en estos casos había dos bandos civiles irreconciliablemente enfrentados, con armas o sin ellas. En este caso es un bando que además ha cobrado abundante ventaja social y política con el terror, frente al Estado, el derecho y la democracia. Cierto que enfrente no ha habido la claridad y firmeza que hubiera hecho falta, pero se ha resistido heroica y ejemplarmente sin contravenir el derecho, salvo alguna excepción castigada y reprobada. ¿Vale la pena hacer esto desde el punto de vista político? ¿se librará el PP del estigma al que lo condenan los socialcebrianitas y todos los nacionalistas? ¿conseguiría una mejor posición política entre sectores moderados? Admito la posibilidad, aunque me parece improbable. Admito que la sociedad vasca quiere mirar para otro lado y “pasar página”. Admito también que carecemos de intelectuales que, como Camus en su tiempo y país, enarbolen el discurso ético con tal claridad y contundencia que puedan avergonzar no sólo a los nacionalistas, sino también a la socialcebrianocracia. Admito incluso que de conseguirse romper el hielo y penetrar en esos sectores moderados, podría minar lentamente en algo el discurso hegemónico nacionalista. Aunque es no llegaría para desenmascarar el falso “conflicto”. No sé cual es la solución en términos políticos, pero por muy molesto que sea, el PP se encuentra ante un dilema primero que nada moral, y para más INRI desde el momento en que en el PV, y en general contra ETA en toda España, ha enarbolado la bandera ética. En lo que seguramente comulgo con Vd. es en el hecho lamentable de que seguramente los socialistas, que tan cruelmente también fueron víctimas, parecen haberse escaqueado de tener que afrontar ese dilema. Pero insisto, dudo que vayan a limpiarse del estigma, y que se aprecie por esos lares más la Constitución y el Estado de Derecho. Ni siquiera en treinta años de transición la derecha se ha librado del sambenito de “facha” y todavía vive con esta congoja. A veces vale la pena soportar la cruz con entereza y orgullo. La democracia ha sido derrotada ideológicamente pero no todavía moralmente, al menos mientras todavía se sea capaz de distinguir entre el bien y el mal.

2 comentarios:

  1. Estimado remero don Miguel Ángel. Solo tengo una discrepancia con usted: creo que sí tenemos intelectuales que enarbolen el discurso ético. Otra cosda es que se les ningunee y se les pisotee desde la Moncloa hasta la cueva del Wyoming.

    er tío cascarrabias

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  2. He exagerado sin duda, porque el gran logro del socialcebrianismo, o al menos de los más importantes, ha sido impermeabilizar a la izquierda del social del discurso ético cuando este le toca sus intereses, y aislar a los que lo enarbolan como si fueran indios en la reserva. Un saludo y gracias por su atención.

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