domingo, 14 de diciembre de 2014

PROFESIONALIDAD


A la hora de enhebrar su discurso PI o Tania Sanchez cuentan con la ventaja psicológica de que no creen en la democracia, sino en la “Historia”, como una especie de “Divinidad” hecha tiempo, de la que se tienen por sumos sacerdotes. Así igual que todo vale en cuanto a la acción, todo es aprovechable para soltar un mitin encapsulado, que de eso se trata. Ayuda dominar la técnica y ello es fácil, si no se es tonto y se carece de escrúpulos democráticos. Tienen además la gran ventaja de que pueden concentrar sus pasiones y sentimientos en “la causa”. No les afecta lo que se les dice con ánimo, por ejemplo, de ponerlos en un brete, como algo personal, ni menos aún les inmuta, porque se tienen por servidores de una Verdad que todo lo justifica. Así concentran su atención en lo que pueden aprovechar para dar la vuelta y colar el mitin, igual que un Judoka, ante el impulso del adversario. Esta “profesionalidad”, maquiavélica si se quiere, contrasta con el apasionamiento de quienes los quieren pillar y se dejan llevar, soltando todo lo que piensan. Como si bastase tener razón y se tratase con alguien que está en su mismo registro. Frente a la “demagogia científica” no valen los discursos, las soflamas, ni la más mínima metedura de pata, ni siquiera desliz. Hay que ser muy práctico y “profesional”. De lo contrario se corre incluso el peligro de que los más sensibles ante el buen estilo dirijan su simpatía hacia el virtualmente ofendido. 
Una muestra.
“¿Qué ocurrió entonces para que el habitual ambiente de cordialidad se viera alterado por la presencia del líder de una nueva formación política al que se le hizo un tercer grado que nunca se aplica a otros invitados? (….)
Entiendo que se quiera conocer la verdadera naturaleza ideológica de una nueva formación, pero ¿cabe en un medio público un tono de hostilidad tan notorio?”
Los pasillos del pirulí Elvira Lindo 14 DIC 2014 - 00:00


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